Organizaciones instan al Banco Santander a desvincularse de los combustibles fósiles

Madrid, 2 de abril de 2020.- Con motivo de la Junta General de Accionistas del Banco Santander, cuatro organizaciones ambientales le instan a aumentar su ambición en la lucha contra el cambio climático y a comprometerse a poner fin a su financiación a la industria de los combustibles fósiles. El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA)Ecologistas en Acción, BankTracky la Fundación Polaca “RT-ON” exhortan al banco a comprometerse públicamente a poner fin de manera inmediata a la financiación de todos los nuevos proyectos de petróleo y gas, y a que publique un plan integral de eliminación gradual de los combustibles fósiles de su cartera.

Banco Santander, junto con su homólogo español BBVA, fue recientemente incluido entre los 35 principales bancos financiadores de la industria de combustibles fósiles, que durante el período 2016-2019 canalizaron casi 2,7 billones de dólares (USD) en apoyo de este sector. El informe BankingonClimateChange – Fossil Fuel FinanceReport 2020, elaborado por RainforestAction Network, BankTrack, OilChange International, ReclaimFinance y Sierra Club y respaldado por más de 240 organizaciones en todo el mundo, descubrió que desde la firma del Acuerdo Climático de París en 2015, los dos bancos españoles destinaron más de 43 mil millones de dólares (USD) en apoyo a la industria de combustibles fósiles.

El Banco Santander inyectó casi 26 mil millones de dólares al sector de los combustibles fósiles desde la adopción del Acuerdo de París. De 2018 a 2019 fue incluso uno de los bancos europeos con el mayor aumento porcentual en la financiación a este sector, aumentando su apoyo de 5,1 mil millones de dólares a casi 9 mil millones de dólares.

El informe de BankingonClimateChange también encuentra que Santander continúa invirtiendo en la industria de arenas bituminosas, a pesar de ser uno de los combustibles fósiles más sucios del planeta, con una huella de carbono un 23% mayor que la del petróleo convencional, mientras que las prácticas mineras que se requieren para extraerlo destruyen un importante sumidero de carbono: los bosques boreales. El Banco Santander también ha destinado 640 millones de dólares (USD) para la exploración de petróleo y gas en el Ártico, uno de los ecosistemas más frágiles del planeta, y de 2016 a 2019 casi ha duplicado las inversiones en gas natural licuado (GNL), un combustible en aumento cuyo ciclo de vida implica una fuga significativa de metano. Otra mala noticia para el clima, teniendo en cuenta que el metano es un gas con un alto potencial de calentamiento.

El informe destaca además que Santander Bank Polska ha otorgado préstamos a Polska Grupa Energetyczna (PGE), una compañía de electricidad cuya generación se basa en más del 90% en la quema de carbón. PGE planea expandir su mina de carbón en Turów, en el suroeste del país, y construir la mina de lignito Złoczew, que requerirá un reasentamiento de 3.000 personas.

El monto destinado a esas operaciones contrasta con el mensaje lanzado por el Banco Santander, que se ha manifestado en varias ocasiones como actor relevante del sector financiero en la lucha contra el cambio climático. Durante la COP25 de la ONU sobre el cambio climático del año pasado, Ana Botín, presidenta del Banco Santander, dijo que la emergencia climática “es el mayor desafío que enfrenta el mundo y requiere que todos tomemos decisiones”, que su banco “es uno de los mayores proveedores mundiales de finanzas verdes” y que incrementará “las acciones para apoyar cada día la transición a un modelo de producción y energía sostenible”. Este mensaje no se corresponde bien con el hecho de que el banco español mantiene sus vínculos con el sector de combustibles fósiles, contaminante en todo el mundo.

Las organizaciones que ahora urgen al banco a cambiar sus políticas con respecto al financiamiento de la industria de combustibles fósiles reconocen que la atención del mundo y del banco se centra actualmente en combatir la pandemia del COVID-19. Sin embargo, la amenaza que emana de la acelerada crisis climática no se detiene mientras lidiamos con esta pandemia. A medida que desaparecen los bosques, los glaciares, el permafrost se derrite y poblaciones enteras quedan a la deriva, es probable que la crisis climática incluso contribuya a nuevas pandemias en el futuro.

Declaraciones de las organizaciones

“Sabemos que los flujos de dinero movidos por el sector financiero están destruyendo la biodiversidad, exacerbando el cambio climático, impulsando el antropoceno que conduce a la  humanidad a salir de nuestro espacio operativo seguro. Si seguimos por este camino la especie humana está en peligro. Es fundamental que Bancos como el Santander tomen conciencia de una vez por todas y actúen en consonancia con sus discursos y compromisos”, alerta la directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), Ana Barreira.

Las empresas estatales polacas han estado ignorando la urgente necesidad de poner fin a la quema de carbón durante más de 10 años. PGE, la mayor de ellas con más del 90% de su electricidad generada por la quema de carbón, ha finalizado 1,8 GW de centrales eléctricas de carbón en 2019. Incluso en 2020 sigue construyendo una nueva unidad de lignito en Turów, lo que obligaría a la empresa a prolongar la extracción de lignito en una mina cercana hasta 2044.  El Banco Santander ha estado proporcionando un apoyo incondicional a la expansión de PGE desde septiembre de 2015 y nada indica que vaya a haber cambios al respecto”, explicaKubaGogolewski, campaigner financiero de la Fundación polaca “RT-ON”

 “Las campañas de lavado de imagen son inmorales en una era de crisis climática como la que estamos viviendo, en la que se está condenando a muchas personas, especies y ecosistemas a la muerta por la inacción climática. Algo falla cuando el Banco Santander recibe reconocimientos por su supuesta sostenibilidad y a la vez integra listas de los bancos más sucios del mundo. Menos gastar dinero en lavado verde y más tomar acciones verdaderamente alineadas con el Acuerdo de París” ha declarado Samuel Martín-Sosa, Responsable de Internacional de Ecologistas en Acción.

 “La crisis climática supone una amenaza inmediata para la vida y el bienestar de las personas. Al continuar financiando la industria de los combustibles fósiles, el Banco Santander contribuye a acelerar aún más esta crisis que pone en peligro a las personas, los ecosistemas y el planeta. Hemos visto al Santander capaz de tomar medidas inmediatas ante una crisis, como lo demuestran sus medidas de apoyo en la lucha contra el COVID-19. Alentamos al banco a que utilice la misma fuerza de voluntad para poner fin inmediatamente al apoyo a todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles, y a que elabore un plan sólido para eliminar gradualmente el apoyo a todos los proyectos y empresas de combustibles fósiles existentes en un plazo coherente para cumplir los objetivos de París”, concluye Johan Frijns, director de BankTrack.