Mapfre socava la lucha contra el cambio climático al seguir apoyando nuevos proyectos de petróleo y gas 

  • La clasificación anual publicada por Insure Our Future sitúa a Mapfre por debajo del resto de aseguradoras europeas en cuanto a sus compromisos climáticos, salvo LLoyd’s. 
  • La principal aseguradora española, cuya presencia es muy importante en América Latina, debe eliminar gradualmente su apoyo a proyectos de petróleo y gas. 

Cada año, Insure Our Future (IoF), coalición mundial de organizaciones cuyo objetivo es presionar a las aseguradoras para que intensifiquen sus esfuerzos ante la crisis climática y de la que el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) forma parte, evalúa y clasifica 30 de las principales compañías de seguros (y reaseguros) en función de la eficacia de sus políticas sobre combustibles fósiles.  

Las puntuaciones se basan en las respuestas de las aseguradoras a encuestas realizadas por IoF e información pública disponible. En el ránking de 2023, Mapfre, principal aseguradora española, ocupa el decimoquinto puesto mundial en cuanto a sus restricciones en el aseguramiento de combustibles fósiles y el noveno en materia de desinversión. Hay que tener en cuenta que en la clasificación de este año se ha decidido dejar en blanco las tres primeras posiciones como manera de ejemplificar el fracaso que supone que cincuenta años después de que el sector asegurador conozca los impactos del cambio climático siga alimentando el problema. 

Mapfre ha adoptado algunas restricciones a los combustibles fósiles, especialmente en cuanto al carbón, pero necesita intensificar sus esfuerzos para eliminar gradualmente su importante apoyo a proyectos de petróleo y gas en América Latina. En términos generales, Mapfre se sitúa por debajo del resto de aseguradoras europeas, salvo Lloyd’s, y ha incumplido su promesa de adoptar objetivos de reducción del 34% de las emisiones absolutas aseguradas de aquí a 2030.  

Falta ambición climática

A nivel internacional, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos como son inundaciones, huracanes, incendios forestales, sequías y otras catástrofes han disparado los pagos que tienen que realizar las aseguradoras hasta una media de 110.000 millones de dólares anuales desde 2017, más del doble de la media de los cinco años anteriores. Aun así, el informe revela que la mayoría de las aseguradoras siguen apoyando proyectos para aumentar la producción de petróleo y gas, a pesar de que los principales científicos del clima del mundo, tanto del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático como de la Agencia Internacional de la Energía, coinciden en que esto es incompatible con el objetivo de limitar la temperatura del planeta a 1,5 °C como establece el Acuerdo de París.  

Las aseguradoras han introducido restricciones sobre el carbón que están teniendo un impacto real: las nuevas centrales eléctricas de carbón se han vuelto prácticamente ‘inasegurables’. Esto supone que ahora, aunque los avances se han ralentizado, a las empresas del carbón les resulta cada vez más difícil conseguir seguros para nuevos proyectos y para las operaciones existentes y demuestra el poder que tiene el sector asegurador para acelerar la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles. La compañía Insuramore calcula que las compañías de seguros con una cuota del 41,2% del mercado comercial de bienes y accidentes y del 62,7% del mercado de reaseguros ya han tomado medidas, frente al 39,8% y el 58,2%, respectivamente, en 2022. Sin embargo, el abandono de los combustibles fósiles no responde a la urgencia de la crisis climática, y la mayoría de las aseguradoras siguen suscribiendo la expansión de las infraestructuras de petróleo y gas. 

Las principales aseguradoras también han abandonado los compromisos sobre cambio climático que asumieron como miembros de la Net Zero Insurance Alliance, lanzada en vísperas de la COP26 de Glasgow. Los miembros se comprometieron a reducir las emisiones de las empresas que aseguran en un 34% entre 2019 y 2030 y a publicar un plan de transición antes de junio de 2023 y objetivos de cero emisiones netas a finales de julio. Sin embargo, a septiembre de 2023, 20 de los 31 miembros habían abandonado la alianza bajo la amenaza de acciones antimonopolio en Estados Unidos por parte del lobby de los combustibles fósiles. Los miembros salientes prometieron mantener sus compromisos climáticos, pero no lo han hecho en absoluto. Ninguna aseguradora ha fijado aún objetivos para reducir sus emisiones absolutas aseguradas en al menos un 34% de aquí a 2030, y sólo unas pocas han publicado planes de transición y objetivos netos cero. 

«Si las compañías de seguros se tomaran en serio la ciencia del clima, alinearían plenamente sus estrategias de suscripción e inversión con una senda creíble de 1,5 °C y pondrían fin a todo apoyo al aumento de la producción de combustibles fósiles. Demandarían a las empresas de combustibles fósiles para hacer pagar a los contaminadores los crecientes costes de las catástrofes climáticas y mantener los seguros asequibles para las comunidades afectadas por el clima», concluye Peter Bosshard, coordinador mundial de la campaña Insure Our Future. 

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