El enésimo retraso en los planes de descarbonización de ArcelorMittal

  • Estos aplazamientos suscitan serias dudas sobre el compromiso real de la empresa con su descarbonización y el mantenimiento de miles de puestos de trabajo.

[Artículo publicado originalmente en Nortes]

ArcelorMittal, el mayor fabricante de acero de Europa, habla por hablar cuando se trata de descarbonización. La empresa se comprometió a reducir sus emisiones de CO₂ en un 35% en sus plantas europeas para 2030 y alcanzar la neutralidad en carbono para 2050. Para lograr estos objetivos, anunció importantes inversiones y, hasta la fecha, había conseguido unos 3.000 millones de euros en ayudas públicas para ello.

Sin embargo, el martes la compañía anunció oficialmente que aplaza en toda Europa sus proyectos para construir plantas de reducción directa de mineral de hierro (plantas DRI) basadas en hidrógeno verde, actualmente considerada como una de las mejores tecnologías disponibles para contribuir a la descarbonización de este sector tan esencial de la economía. Entre las instalaciones que se verán afectadas por esta decisión, está también la acería de Gijón, la única en España que aún basa su proceso de producción en la quema de carbón.

ArcelorMittal echa la culpa a que “los entornos político, energético y de mercado en Europa no han avanzado en una dirección favorable” y que las tecnologías que ofrecen el potencial de impulsar una transición verde del proceso siderúrgico, entre ellas el hidrógeno verde, probablemente “no supongan un efecto significativo hasta después de 2030”.

Estos aplazamientos suscitan serias dudas sobre el compromiso real de la empresa con su descarbonización y el mantenimiento de miles de puestos de trabajo, ya que la no ejecución de estos proyectos pondrá en peligro la viabilidad de sus fábricas. Las actuaciones de ArcelorMittal son una muestra preocupante de sus prioridades en las que parecen primar los intereses económicos frente a cuestiones sociales y medioambientales.

Sin embargo, la transición a un sector del acero basado en energías renovables no solo implica una reducción de las emisiones de carbono, sino que también constituye una oportunidad para construir un ecosistema industrial más fuerte, innovador y preparado para el futuro que beneficie por igual a trabajadores, empresas y comunidades.

En lugar de aprovechar la oportunidad de liderar la transición hacia un acero basado en energías renovables -un mercado en crecimiento y el futuro innegable de la industria en Europa-, estamos siendo testigos de otro paso hacia atrás. Como uno de los principales fabricantes de acero a nivel mundial, ArcelorMittal debería marcar la pauta de la innovación y el progreso, no frenar su transformación, presionando enmascaradamente a las instituciones europeas para obtener aún más apoyo financiero por parte de la UE, con la amenaza de deslocalizar sus fábricas en países fuera de la Unión con menor regulación ambiental.

Sin una firme voluntad por parte de la empresa y la ausencia de políticas específicas que impulsen una transición justa y ambiciosa y que exijan responsabilidades a empresas tan contaminantes como ArcelorMittal, el camino a recorrer será largo y muy complicado y la transformación del sector no puede esperar.

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