IIDMA advierte del riesgo de que la transformación de la central térmica La Pereda implique un uso insostenible de biomasa forestal

  • IIDMA cuestiona que sea imprescindible ejecutar el proyecto de transformación de la central térmica La Pereda para garantizar el suministro eléctrico, así como el carácter sostenible de la biomasa forestal y subraya los potenciales impactos negativos en la calidad del aire y la salud.

Madrid, 5 de julio – El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha presentado alegaciones ante la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica del Principado de Asturias en relación con el trámite de consulta a personas interesadas en el marco del procedimiento administrativo de autorización y evaluación ambiental para la ejecución del proyecto de transformación de la central térmica La Pereda (Mieres, Asturias), titularidad de HUNOSA, S.A.U.

El proyecto planteado por HUNOSA prevé la transformación de la central para la valorización de una mezcla de combustible de hasta un 100% de biomasa forestal sólida (maderable y residual) procedente de eucaliptos, pinos y frondosas, y combustible sólido recuperado (CSR), que no excederá del 25% del aporte energético. En lo que respecta a la biomasa forestal, el promotor estima un consumo anual de 400.000 toneladas procedentes de distintas comunidades autónomas dentro de un radio de 200 kilómetros de la central.

A diferencia de lo que plantea el promotor del proyecto, IIDMA ha hecho hincapié en la prescindibilidad de la transformación de la central térmica a efectos de garantizar el suministro eléctrico en el Principado de Asturias. Dicha seguridad está avalada gracias a las medidas previstas por el operador del sistema y el gestor de la red de transporte en la Propuesta de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026, remitida al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), cuya aprobación se espera para finales de este año. Además, en vista de los resultados del estudio de dispersión de las emisiones atmosféricas presentado por HUNOSA, IIDMA cuestiona la transformación de la central debido a los potenciales impactos negativos que las emisiones procedentes de la quema conjunta de biomasa y CSR podrían conllevar para la calidad del aire y, sobre todo, en la salud humana de los núcleos de población cercanos a la instalación.

En sus alegaciones, IIDMA ha puesto de manifiesto una serie de cuestiones que deben tener en cuenta el promotor y la Administración del Principado de Asturias para garantizar la sostenibilidad de la biomasa forestal en la central. De acuerdo con el estudio de impacto ambiental (EsIA) del proyecto, la transformación de la central se justifica, entre otros, en el marco de actuación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) que prevé un aumento de la potencia eléctrica instalada con biomasa para 2030 de 795 MW alcanzando así un total de 1.408 MW. Para garantizar la sostenibilidad del recurso, IIDMA ha subrayado la obligación de la CT La Pereda de cumplir con los nuevos criterios de sostenibilidad para la biomasa forestal previstos en la Directiva (UE) 2018/2001 de energías renovables, que España todavía no ha transpuesto a Derecho interno. Los criterios de la Directiva comenzaron a aplicarse el 1 de julio y son obligatorios para producir electricidad en instalaciones de combustión de biomasa forestal primaria (maderable y residual) con potencia térmica igual o superior a 20 MWt, afectando a la CT La Pereda (160 MWt). El Instituto recuerda que el cumplimiento de los nuevos criterios de sostenibilidad para la combustión de biomasa es un requisito imprescindible para que la electricidad producida pueda tenerse en cuenta para alcanzar el objetivo renovable del 42% para 2030 que fija el PNIEC.

Asimismo, IIDMA ha resaltado los impactos ambientales derivados del aprovechamiento energético de la biomasa maderable y, en particular, de aquella procedente de plantaciones forestales intensivas. Según el estudio de disponibilidad de biomasa del proyecto, la CT La Pereda pretende abastecerse de biomasa forestal (maderable y residual) procedente de plantaciones forestales intensivas de especies de crecimiento medio o rápido, como el eucalipto (Eucalyptus globulus), predominantes en Asturias, Cantabria y Galicia. Dado el papel fundamental que desempeñan los bosques en la mitigación del cambio climático, el Instituto incide en la importancia de que HUNOSA priorice el aprovechamiento de biomasa residual (restos forestales) frente a biomasa maderable procedente de árbol completo. Además, se cuestiona el origen sostenible de la biomasa teniendo en cuenta los impactos ambientales y climáticos extremadamente negativos asociados a la explotación de plantaciones forestales intensivas. De hecho, según el IIDMA, las CC.AA. de Asturias, Cantabria y Galicia, donde HUNOSA pretende obtener la biomasa, son precisamente las regiones que mayores deficiencias presentan a nivel normativo para garantizar la sostenibilidad de la biomasa y, sobre todo, la de carácter residual.

Por último, IIDMA denuncia que el proyecto de transformación de la CT no tenga en consideración el principio de proximidad de origen del recurso, al pretender utilizar biomasa disponible en un radio de hasta 200 kilómetros, abarcando las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria, este de Galicia (provincia de Lugo) y norte de Castilla y León (provincias de Burgos y Palencia). De hecho, la Declaración Ambiental Estratégica del PNIEC alerta de la importancia de atender al principio de proximidad de origen entre la localización geográfica de la biomasa y el punto final de consumo y recomienda que la generación de electricidad tenga lugar en las zonas de extracción del recurso al fin de promover la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) asociadas a su transporte.

“La ejecución del Proyecto de Transformación de la CT La Pereda bajo el marco del PNIEC español no debe asociarse, en ningún caso, al desarrollo energético con biomasa forestal derivada de una producción no sostenible, como es el caso de las plantaciones intensivas de eucalipto en el noroeste de España. Si se pretende que la electricidad producida a partir de la combustión de biomasa forestal en esta CT pueda computarse en el objetivo español renovable del 42% a 2030, es fundamental que la instalación garantice el origen sostenible del recurso forestal cumpliendo con los nuevos criterios de sostenibilidad que impone la Directiva de energías renovables revisada”, declara Alba Iranzo, abogada ambiental de IIDMA.